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Libro de los Salmos
Capítulo 34
- Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca.
- En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán los mansos, y se alegrarán.
- Engrandeced a Jehová conmigo, Y exaltemos a una su nombre.
- Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.
- Los que miraron a él fueron alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados.
- Este pobre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.
- El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende.
- Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el hombre que confía en él.
- Temed a Jehová, vosotros sus santos, Pues nada falta a los que le temen.
- Los leoncillos necesitan, y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán falta de ningún bien.
- Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová os enseñaré.
- ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea muchos días para ver el bien?
- Guarda tu lengua del mal, Y tus labios de hablar engaño.
- Apártate del mal, y haz el bien; Busca la paz, y síguela.
- Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
- La ira de Jehová contra los que hacen mal, Para cortar de la tierra la memoria de ellos.
- Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de todas sus angustias.
- Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; Y salva a los contritos de espíritu.
- Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.
- El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.
- Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen al justo serán condenados.
- Jehová redime el alma de sus siervos, Y no serán condenados cuantos en él confían.
La protección divina
Salmo de David, cuando mudó su semblante delante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.
Origen del libro, carta o epístola de Libro de los Salmos